Los tradicionalistas deseamos que éstas se hagan como han sido creadas , sin agregar,ni sacar,sin modificar, ni introducir figuras ,ni dinámicas. Y eso es muy sencillo .
Nuestras danzas son como las flores de los macachines y mburucuyaes, humildísimas, pero hermosas y lozanas.
Hay que saberlas ver.
Hay que aprender a amarlas.
Son vueltas redondas, de cuatro esquinas y de figuras.
Nada de rombos, ni cuadrilongos, ni estilizaciones.
Defendamos una patria donde arda la llama del amor y del profundo respeto hacia una inmaculada tradición.
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